Luego de leer el mito de Prometeo, aquel héroe griego que desafió a los dioses y les robó el fuego sagrado, nos animamos a escribir en primera persona. ¿Qué sentiría, qué pensaría? ¿Qué diría Prometeo?
He aquí su palabra. La del primer rebelde. El héroe encadenado. Desde el fondo de los tiempos, habla Prometeo.
***
MI VERDAD
Yo decidí hacerlo,
no para ganarme
el respeto de los
mortales, sino para
estar orgulloso de
mi robo.
Sí, sabía a lo que
me atrevía, sabía
el riesgo que corría,
pero no sabía el castigo
que merecía.
Me atreví a sacar
mi rebeldía y mi
Valentía, pero no
sabía, la verdad,
a qué tanto llegaría.
Valentina R.
Después de tantos años encadenado y siendo torturado, puedo por fin afirmar una de las tantas preguntas que me hice mientras estaba atrapado:
¿Los dioses realmente sirven para algo? Y la verdad es que, después de tanto pensarlo, llegué a la conclusión de que no. Y que lo único que saben hacer bien es castigar a los mortales por cosas que ellos podrían arreglar en un instante.
Cuando volví, después de tantos años, con mi gente, me hicieron preguntas como:
¿Por qué robaste el fuego sagrado? ¿Sabías el riesgo que corrías? ¿Por qué nunca le pediste piedad a Júpiter?
Y yo a todas esas preguntas las puedo responder con una sola palabra: Firmeza.
¿Se piensan que yo iba a desafiar a los dioses para después disculparme por haberles quitado un elemento tan importante para los humanos como lo es el fuego?
Preferiría pasar toda mi vida encadenado antes de eso.
También, para no hacer de menos la pregunta, voy a responder por qué robé el fuego:
Lo robe porqué ese fuego nunca les perteneció a los dioses, sino que era de todo el mundo.
Quitarles el fuego a los humanos es como quitarles la vida entera a los humanos.
Balthazar
“Recuerdo en llamas”
Aunque me juzguen
y que me miren, no voy a
suplicar, ellos no van
a intimidarme.
No estoy arrepentido,
ni lo dudo, los humanos
pasaban tragedias sin el fuego…
Se escuchaban llantos, súplicas y
su último suspiro…
Ahora estoy encadenado y
ahogando gritos cuando es casi imposible…
Viendo cómo me devoran.
Pero, no me arrepiento,
al ver las lágrimas
de felicidad de ellos…
Nunca suplicaré…
Nunca me arrepentiré…
Nunca olvidaré…
Y mi recordatorio, el
dorado alrededor de
mi muñeca…
Romina
YO
Yo soy Prometeo, un titán.
Salvé a los mortales,
me enfrenté a los dioses,
quienes les quitaron el fuego
a los que más lo necesitaban.
No me parece justo.
Robé el fuego sagrado
para dárselo a quienes
les fue arrebatado.
¿Si me arrepiento de eso?
No, no me arrepiento.
Y no pienso hacerlo.
Llevaré esta marca dorada
siempre, pero nada
cambiará la felicidad
de los mortales.
Alejandra
Yo soy Prometeo, y decidí robar el fuego sagrado porque sentía lo que tenía que hacer por los mortales. Cuando entré a la cueva me sentí como un ladrón, pero orgulloso. Me atreví a desafiar a los dioses con mi rebeldía.
Yo soy Prometo y no pedí perdón, porque esa era la forma de vivir con los mortales.
Edwin
¿Heroísmo?
¿Qué es heroísmo? ¿Se puede considerar esto heroísmo o rebeldía? Después de todo, ver esa aura inerte, esas personas con pieles agrietadas, esas calles oscuras, esos niños hambrientos… ¿Qué podía hacer? No… ¡Qué debía hacer! Robar el fuego y devolverlo al pueblo era lo más sensato.
Pero, ¿valía la pena esos treinta años de tortura por gente que no conozco? Quizás sea la excitación de desafiar a los dioses, pero si fuera así me habría rendido ante esos egoístas hace años. Pero no dejaría que ellos me arrebataran mi dignidad, porque no solo era la mía, si no la de todos.
Sabiendo eso, ¿se le puede llamar heroísmo? Claro que sí. Porque soy Prometeo, el protector.
Carlos Elías
Yo Soy Prometeo el Salvador de la Tierra.
Yo Soy Prometeo el que devolvió el Fuego a los Mortales.
Yo Soy Prometeo el que Sufrió por Ustedes.
Yo Soy Prometeo el Titán que se rebeló contra los Dioses.
Yo Soy Prometeo el Titán que fue salvado del Águila por Hércules.
Yo Soy Prometeo el Titán que vio a los Mortales sufrir por frio y trajo el Fuego confiscado por los Dioses a la Tierra.
Franco
Yo soy Prometeo, el que desafía a los dioses. También me gusta ayudar a los que no tienen. Algunas veces soy rebelde.
Sabía el riego que corría. Júpiter me dijo lo que me pasaría, pero fue más importante el pueblo. Nunca pedí perdón porque me sentía bien ayudando. Decidí robar el fuego sagrado porque Júpiter nos lo prohibió y el pueblo lo necesitaba.
Galo
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